sábado, 3 de agosto de 2013

Oda al Malecón


Como un regalo del Altísimo, estamos
Rodeados del azul inmenso. 

Con sus aves pescadoras planeando en la orilla.

Con la suave brisa caliente y gotitas de mar.

Y las palmas de cana,y almendros que imprimen lo verde esperanza de una ciudad de identidad decadente.

Y la gente que huye de los apagones y el calor y se dirigen hacia el Sur con sus bachatas y merengues, cual competencia de sonidos   

Y paren las botellas de cerveza, de ron de vino, y refrescos.

Y se multiplican los mendigos, y vendedores ambulantes, de todo lo imaginable.

Y las mariposas del día y la noche, que venden placeres y tiempo a hombres sin rostro, ni nombre. 

Doce kilómetros de Gimnasio público amplio y gratuito. 

Y los impuestos y altos precios se borran  por ese par de horas en que las olas acarician tus oídos y el añil deleita las pupilas cansadas. 

Hermoso, romántico, único e indescriptible, malecón, 

Qué sería Santo
Domingo sin ti?

Solo calles, árboles, gente deambulando 
Y monotonía. Gran monotonía y aburrimiento. 

Emblemático e indispensable.  Pintoresco y alegre. Colorido y ruidoso. 

Qué seria 
Santo Domingo
Sin ti?

2 comentarios:

  1. Hermoso escrito, digno de publicar en una columna de un periódico. A mi también me encanta el malecón así como la zona colonial.

    Besos!

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